Nuestro estilo pastoral
Queremos formar personas con unas señas de identidad propia, un modo de sentir, de actuar y de afrontar la vida enraizado en el cristianismo, en el marco de nuestro carisma franciscano. Personas que van construyendo sus propias vidas, capaces de comprometerse consigo mismas, con los demás, con todo su entorno.
Planes de pastoral
Los planes de pastoral asumen explícitamente los valores evangélicos y franciscanos. Toda la comunidad educativa, cada uno a su nivel, se compromete personal y comunitariamente en la adquisición gradual y sistemática de dichos valores.
Signo de identidad
La pastoral es el principal signo de identidad de nuestra Fundación y eje vertebrador de las acciones de nuestros colegios; estos están basados en un ideario de humanismo cristiano. Es una opción que permeabiliza toda la acción educativa y es criterio indispensable en todo educador.
Da coherencia a todo lo que en nuestros centros se hace, empapando toda su vida y acción. Implica a todos los miembros de la comunidad educativa haciendo posible que los colegios “sean pastoral”.
La pastoral en los colegios tiene una misión clave que es evangelizar educando y educar evangelizando, y a esta misión estamos llamados todos.
En todos nuestros centros hay un equipo de pastoral que planifica y que, con su creatividad, reinventa cada curso la mejor manera de hacer llegar a la comunidad educativa cada campaña, tiempo litúrgico, celebración y gesto. Trabajan para dar sentido y cohesión a todo lo que se hace en ellos. Su esfuerzo y trabajo adquiere su mayor sentido cuando cada profesor lo vive y lo transmite de corazón a sus alumnos.
Los valores evangélicos propios del carisma franciscano, como la educación para la paz y la justicia, la sencillez, la alegría, la solidaridad, el amor a la naturaleza y la fraternidad, son la brújula que marca nuestro quehacer diario. Es responsabilidad de todos transmitirlos con nuestra vida y nuestros gestos.
Pastoral significativa
Para ello, ha de conectar con las necesidades de sus destinatarios. En la búsqueda de una formación integral se tienen en cuenta en nuestros planes de pastoral aspectos fundamentales de las personas: morales y religiosos, intelectuales, emocionales, psicológicos, estéticos y físicos.
Competencia espiritual y apertura a la trascendencia
El sentido de la vida, de la historia y de la existencia personal serán objeto de estudio y reflexión privilegiados en aras de conseguir una competencia y madurez espiritual y religiosa seriamente fundamentadas. Todos los ámbitos académicos tienen en cuenta este aspecto configurador de nuestra pastoral educativa.
Optamos por una formación que abra a la persona a la trascendencia, a una visión y comprensión religiosa del mundo y al excepcional enriquecimiento que para cada persona supone Jesús de Nazaret y su mensaje evangélico.
Fe compartida
Facilitamos espacios y momentos para compartir la fe, sintiéndonos comunidad que educa y que, además, vive, expresa y celebra la fe.
Favorecemos el acompañamiento espiritual de la comunidad educativa.
En comunión con la Iglesia Universal
Como comunidad, colaboramos con la Iglesia universal y local en la consecución de sus objetivos pastorales.
Son acciones propias la enseñanza religiosa, la práctica sacramental, las experiencias de interioridad y oración, la educación moral y el compromiso solidario con el mundo desde una perspectiva cristiana.
Compromiso en la transformación de la sociedad
Colaboramos en la formación de personas que actúan con criterios basados en el Evangelio y en los valores franciscanos. Personas comprometidas en la transformación de nuestra sociedad para que sea más profundamente humana y para que se vaya haciendo presente el Reino de Dios anunciado por Jesús.
Diálogo Fe-Cultura-Vida
Transmitimos el mensaje cristiano para ser vivido en un enriquecedor diálogo con la cultura.
La fe no es un elemento independiente, sino que se encarna y expresa a través de la cultura y de la vida, a la vez que actúa como elemento transformador de las mismas.
San Francisco de Asís y Carolina Baron
El carisma franciscano y la huella de la fundadora de nuestra Congregación está explícitamente presente en nuestra tarea educativa. Destacamos y vivimos como valores la paz, la justicia, la cooperación entre los pueblos, el amor a la naturaleza como obra de Dios, la solidaridad, la sencillez, la humildad y la alegría, buscando la fraternidad universal.
Liderazgo espiritual
Dada la trascendente tarea que supone conservar y revitalizar el patrimonio espiritual legado por Carolina Baron y sus hermanas, todos los educadores tenemos la encomiable tarea de una formación continua católica y franciscana, pues en ella gravita nuestro futuro institucional.
Queremos formar personas con unas señas de identidad propia, un modo de sentir, de actuar y de afrontar la vida enraizado en el carisma de San Francisco de Asís y Madre Carolina…
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TU MOMENTO ES AHORA
¡DESPIERTA!
Solo llegando al corazón hacemos verdadera educación
Carolina Baron